LA TIERRA DE LA GALILEA

“KITRON ES ZIPPORI – LA TIERRA DONDE MANAN LA LECHE Y LA MIEL”

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Un lugar con raíces – la importancia de la zona de Zippori en el ramo de la agricultura y en la antigua industria vitivinícola, le valió a la capital de la Galilea el título de “tierra donde manan la leche y la miel”, que en general fue otorgado a toda la zona. La fertilidad de Zippori ya era famosa todavía en tiempos de los romanos, quienes eligieron a Dionisio, el dios griego del vino como el símbolo más apropiado para toda esa zona, llegando a construir en su honor pisos de mosaicos increíblemente bellos, que todavía existen en el Parque Nacional de Zippori y que narran la vida de Dionisio.
Para los judíos, el lugar cobró suma importancia durante la época de la Mishná y el Talmud. El Sanedrín, que conducía a los judíos por aquellos tiempos, eligió dicha zona como el nuevo centro espiritual para el pueblo judío, después de la destrucción del Segundo Templo.
La vitivinicultura fue la principal fuente de ingresos de sus habitantes, y que los llevó a ser muy ricos, transformando toda esa zona en el corazón del mundo vitivinícola en la Galilea.

El CORAZÓN DEL MUNDO VITIVINÍCOLA – durante todos estos años la Autoridad Arqueológica ha estado descubriendo en el lugar cientos de cisternas para el pisado de uvas en perfecto estado de conservación, que sirvieron como plantas para la elaboración del vino en aquella época. Se trata sin duda alguna de uno de los centros más grandes de cisternas para el pisado de uvas en todo el país. Dibujos de uvas, racimos de uvas y viñedos que constituyen los principales motivos de monedas y ánforas que se encontraron aquí, así como también inscripciones y sellos sobre ánforas de vino, que testimonian que el vino que salió de esta hacienda era un bien comercial que se enviaba a todos los rincones del mundo. Esas mismas cisternas que están construidas en pendiente atestiguan que ya por entonces el proceso de la elaboración del vino era lento y se llevaba a cabo en forma exacta para aprovechar las fuerzas de la naturaleza, mientras que el trabajo complementario lo hacían las plantas de los pies que impide quebrar y romper la semilla.
La bodega que todavía conserva ese mismo sistema del que se hacía uso hace 1600 años, y por otra parte utiliza uno de los equipamientos a la vanguardia en todo el mundo, optó por tomar el nombre de toda la zona, “Kitron”, y de este modo homenajear y honrar a toda la industria vitivinícola.