La Bodega Kitron

Con la atmósfera, la labor y la esencia de Bodega Kitron
se aúnan dos valores sagrados para nosotros:
Uno de ellos – producir el mejor vino que sea posible
para honrar la tierra, y el otro – el legado y la herencia.

La Bodega Kitron

La Bodega Kitron es una bodega familiar por gravitación, 

que se extiende a los pies de la zona vitivinícola de la Galilea. La fuerza de la naturaleza, la rica historia de la bodega y sus alrededores y nuestro amor por el vino,

constituyen la base de nuestra producción de vinos, llena de amor, exactitud y alegría creativa.

En nuestra bodega se traba con el sistema de gravitación, que se sirve de las fuerzas de la naturaleza. Sus fuentes se encuentran aquí, del otro lado de la bodega, y cuyas raíces fueron plantadas hace 1600 años, durante la época de la Mishná y el Talmud, en la aldea judía de ‘Tzippori’. La dedicada y primorosa labor manual en nuestra bodega se complementa con un equipamiento de avanzada a la vanguardia en todo el mundo, que nos permite producir vino de excelente calidad y sabor exacto en pequeñas cantidades y sin concesiones.

 

Nuestros viñedos se encuentran en las zonas vitivinícolas más exclusivas del país: las Alturas del Golan y la Alta Galilea. La elección de las distintas variedades de uvas y su adaptación, la aplicada labor en los viñedos y la comprensión del “terroir” son para nosotros prioridades de primer nivel.

Cosechamos las uvas en medio de la noche y en el mismo momento las trasladamos para someterlas a un doble proceso de clasificación manual, lo que permite asegurar la perfección de los racimos y la perfecta conservación del sabor y el aroma en cada uva.

 

El uso de toneles de madera especial comienza por la etapa de la fermentación y continúa en los sótanos de la bodega, excavados en la roca – para la conservación natural y óptima durante el proceso de añejamiento de los vinos. Nuestros vinos tintos pasan por un largo período  de añejamiento en cubas especiales de roble francés, además del prolongado proceso de añejamiento en botellas antes de ser liberados al público.

El trabajo en la bodega lo llevan a cabo únicamente miembros de la familia, pasando por todo el proceso que dura 5 años junto con los vinos – desde el momento en que se planta el retoño, pasando por su llegada a nuestras manos en forma de racimo de uvas y hasta su trasvasado en botellas. Este proceso simbiótico es le que nos permite introducir, en cada uno de nuestros vinos, nuestros valores familiares y nuestro credo – estética, exactitud, delicadeza, armonía, paciencia y minuciosidad.

Así fue desde nuestra primera vendimia en el año 2006 y así perseveraremos en nuestro camino.